Versión taquigráfica de las exposiciones de Gustavo Fernández y Jorge Pérez, representantes del SUFRUVU
acompañados por Daniel Terminelli, abogado asesor, Fuecys
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COMISIÓN DE LEGISLACIÓN DEL TRABAJO
(Sesión del día 15 de abril de 2015)
(Ingresa a Sala una delegación del Sindicato Único de Trabajadores
de la Fruta y la Verdura del Uruguay, Sufruvu)
SEÑOR PRESIDENTE (Andrade).- La Comisión tiene el gusto de recibir al doctor Daniel Terminelli, asesor legal de Fuecys, señor Gustavo Fernández, Secretario General de Sufruvu, y Jorge Pérez, representante de los trabajadores en el Directorio de la Comisión Administradora del Mercado Modelo.
SEÑOR TERMINELLI.- Hace diecisiete años que soy asesor jurídico de la Federación Uruguaya de Empleados de Comercio y Servicios. En virtud de ello, a partir del año 2006, empiezo a colaborar con el sindicato en la búsqueda de soluciones a la problemática que se planteará. La misma será presentada por quienes me acompañan y yo voy a explicar los componentes jurídicos que la constituyen que confluyen en el anteproyecto entregado a la Comisión.
SEÑOR PÉREZ.- Agradecemos la cortesía de la Comisión.
Soy Director del Sindicato en la Comisión Administradora del Mercado Modelo, cuya forma de gobierno es cogestionaria; la figura jurídica corresponde a una Comisión especial delegada basada en el artículo 278 de la Constitución de la República. La Comisión está integrada por el Municipio de Montevideo y por las distintas asociaciones y gremios que tienen que ver con la tarea hortifrutícola mayorista, es decir, productores, comerciantes minoristas, supermercados, obviamente, trabajadores, feriantes y productores de distintas regiones del país.
SEÑOR FERNÁNDEZ.- Soy Secretario General del Sufruvu.
Nuestro Sindicato es uno de los dos que representa a los trabajadores del Mercado Modelo. Adeom –que también es parte del Directorio del Mercado Modelo‑, representa a los funcionarios dependientes de la CAMM (Comisión Administradora del Mercado Modelo) y el Sufruvu, representa a los distintos sectores no dependientes de la CAMM, es decir, a quienes se desempeñan en la carga y descarga, empleados de puesto, clasificadores de fruta y verduras, empleados de empresas de montacargas y de diferentes ramas afines conexas a servicios que brindamos en el Mercado.
De acuerdo con los informes que hemos recibido, por el Mercado Modelo transita por lo menos entre el 85% y el 95% de la producción hortifruticola que se comercializa en el país; es decir que no se trata de un puesto de verduras, es el principal centro de comercialización hortifrutícola del país. Si bien existen otros galpones chicos que distribuyen mercadería, etcétera, el Mercado Modelo regula los precios, genera la gran tarea de comercialización de la producción del país y también exporta.
Calculamos que cuenta con mil quinientos trabajadores. Llegamos a este número basándonos en los datos que arrojó uno de los últimos censos ‑últimamente no ha habido censos fehacientes‑: que contabilizó mil seiscientos cincuenta trabajadores. Estamos comenzando el siglo XXI y un gran porcentaje de esta cifra está en situación irregular, ya sea con las leyes nacionales o con las internacionales. Estos trabajadores no generan causal jubilatoria, no trabajan en condiciones apropiadas, no gozan de ninguno de los beneficios que otorgan las leyes vigentes a cualquier trabajador como, por ejemplo, gozan incluso las trabajadoras domésticas, peones rurales, inclusive, me atrevo a decir ‑conozco el paño‑, a los clasificadores de residuos quienes tendrán un encuentro este fin de semana. Personalmente apoyo a los clasificadores de residuos; este sector se está regularizando con plantas de clasificación.
Los changadores todavía no hemos sido beneficiados con las leyes laborales. Es una alerta, sobre todo, para los legisladores y la población en general porque, en definitiva, todos estamos involucrados. Los "changadores" ‑entre comillas‑ desde hace muchos años, en particular, a partir de 2005 cuando se comienza a legislar a favor de los trabajadores, hemos demostrado ‑el doctor Terminelli nos ha apoyado en todos los juicios que hemos tenido‑ la dependencia. Es decir, no son changadores, como suele decirse, para esquivar el bulto y no asumir las responsabilidades. Se trata de personal que trabaja para un productor, un distribuidor, un puesto, un camionero o para una empresa que traslada mercaderías. Como ya ganamos muchos juicios, nos visitaron algunas gremiales para conversar sobre nuestro proyecto de ley que refiere a las bases para regularizar el sector. Estuvimos hablando con el señor Murro y con el PIT-CNT; además, tuvimos el apoyo del Instituto Cuesta Duarte y en su momento de los señores Ferrari y actualmente Ruiz de la ERT. A su vez, se formó una Comisión en el Mercado con la participación de la Comisión Administradora del Mercado Modelo ‑interesada en buscar distintas alternativas para solucionar este problema‑ y de algunas gremiales de productores que no querían vivir de juicio en juicio; querían solucionar con propuestas muy tímidas en el sentido de no asumir mucho compromiso.
Nos preguntamos si esto va a seguir así porque ya estamos en 2015. Yo represento a los changadores del Mercado Modelo y hace 26 años que trabajo allí; no he generado causal jubilatoria por muchos años. Así como yo, hay alrededor de novecientos trabajadores en esta situación actualmente. Por supuesto, no se atiende la salud ni la seguridad laboral: hay falta de condiciones adecuadas de trabajo y no hay protección personal para los trabajadores; no se brindan fajas, zapatos de trabajo, guantes, etcétera. Por eso notamos que hay muchos trabajadores a los que se les dificulta realizar su labor debido a dolores en la columna o la cintura; hay viejos changadores que ya no pueden trabajar.
Queremos trabajar con ustedes este tema con el fin de encararlo colectivamente. Contamos con el apoyo de la Fuecys. Pretendemos que este sector de trabajadores se incluya, no a futuro sino ahora, en el sistema de seguridad social.
Tampoco existe seguridad en nuestro trabajo. Si analizamos el Decreto Nº406, notamos que es violatorio en todo sentido. Por ejemplo, hay gran cantidad de accidentes debido al tránsito de 56 montacargas en espacios reducidos conjuntamente con los trabajadores y operadores en general. Además, esto transgrede normas ‑estamos informándonos acerca de las disposiciones internacionales en este sentido‑, porque en galpones sin la suficiente ventilación no puede haber combustión; inclusive, eso puede provocar problemas cancerígenos. ¡Me gustaría que alguno de ustedes fuera por el Mercado Modelo en las horas pico de descarga! Hay gran contaminación allí no solo de las personas sino que también contamina las verduras y las frutas.
SEÑOR PÉREZ.- Esto, más que una denuncia, es un diagnóstico; llaman la atención las situaciones irregulares. Sabemos que las patronales se enojan, pero esto lo denominamos "fraude laboral" porque no se incluye al trabajador y no hay ventajas para el consumo.
Sabemos que cuando el Gobierno habla de la canasta de productos ‑con una economía por debajo del 10%‑, llama bastante la atención y se venden diarios. Sin embargo, todos los subaportes de los trabajadores nunca implicaron que el consumidor final o que el productor tuviera alguna especie de beneficio. Es imposible hacer políticas de inclusión social para este tipo de empleo precario.
A modo de antecedente, puedo citar un proyecto de ley de bolsa de trabajo presentado en 1971 por el señor Diputado Gerardo Cuestas y que obtuvo media sanción; sin embargo, como producto de la dictadura, no fue discutido en el Senado. Ahora, estamos presentando un anteproyecto de ley, cuyos detalles técnicos serán explicados por el doctor Terminelli.
Creo que es responsabilidad de los uruguayos solucionar la situación de estos quinientos changadores ‑dependiendo de la zafra‑ porque son de probada dependencia, con sus patrones fijos. Frente a crisis de la industria manufacturera o de la construcción, la gente va a buscar trabajo al Mercado Modelo y se queda durante años; esto implica que el trabajo sea permanente y, por lo tanto, debería regirse por las normas vigentes en el país.
SEÑOR VIDALÍN.- ¿Los compañeros están denunciando que la mayoría de los obreros que están en el Mercado Modelo no realizan aportes al BPS y que trabajan en negro?
SEÑOR PÉREZ.- Así es.
SEÑOR TERMINELLI.- El derecho laboral uruguayo, progresivamente, evolucionó hacia la conformación de un sistema que abarca a la mayor parte de los sectores de actividad. Esto implica que todos los aspectos de la vida laboral están siendo contemplados y hay una especie de fuerza centrípeta para tratar de contener a la mayor cantidad de sectores. La ley de tercerizaciones es muy importante al respecto porque genera un polo atractor respecto de la responsabilidad de las empresas para que muchos sectores que antes estaban desprotegidos puedan comenzar a tener la cobertura necesaria que corresponde a todo el universo de trabajadores del país; esa es una tendencia que habría que profundizar. No obstante ello, quedan zonas grises donde se producen efectos de inaplicabilidad del derecho existente, por varios factores. Es el caso de trabajadores que debido a las distintas fuerzas que gravitan dentro de las relaciones de trabajo, se ven expulsados de la normativa protectora, a pesar de la existencia de la figura jurídica aplicable al caso. Me refiero a trabajadores que son impulsados, preferentemente, por las empresas a visualizarse como trabajadores independientes, unipersonales, etcétera. Por ejemplo, los fleteros del gas que entregan garrafas a domicilio. Las empresas los impulsan a convertirse en empresas unipersonales cuando claramente son obreros incluidos en el 98% de las disposiciones de la Recomendación N° 198 de la Organización Internacional del Trabajo.
Entonces, estaríamos hablando de la desaplicación del derecho, de figuras ya existentes dentro de la situación de dependencia y subordinación, que son típicas de la gran mayoría de los trabajadores de nuestro país. Esa inaplicación a determinados sectores del trabajo, en alguna medida, es responsabilidad de la relación de fuerzas entre las empresas y los trabajadores, porque en la gran mayoría esos trabajadores se encuentran y desarrollan su actividad en situación de fragmentación y les es difícil organizarse en términos sindicales fuertes. Además, se puede apreciar la falta de actuación de los organismos del Estado que deberían ser responsables de la inspección, delimitación y relevamiento de las condiciones de esos trabajadores. En el caso particular que estamos describiendo hubo deficiencias respecto al rol de control a cumplir por parte del aparato estatal, concretamente nos referimos al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, así como también en el Banco de Previsión Social a través de sus aparatos inspectivos ‑no me refiero a ningún período en particular‑ y también en la administración del Mercado Modelo al no considerar la figura que debía aplicarse a estos trabajadores.
Desde el año 2006, comenzamos a trabajar con los representantes de Sufruvu a efectos de encontrar un camino de salida. Convocamos al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, en la DINATRA, al Mercado Modelo y a los operadores, pero nos surgió el problema: cómo legitimar la representación de los empleadores del Mercado Modelo que se fragmentan en diversas entidades. Nos enfrentamos a un problema: la rotación permanente, la falta de representatividad a la hora de negociar. La situación se hacía cada vez más difícil; se planteaba el tema, pero caía, una y otra vez. En virtud de la resistencia presentada por los empleadores para encarar una solución viable y reconocer que los trabajadores eran dependientes y les correspondía toda la cobertura brindada por el derecho laboral, nuestra representación encontró una vía intermedia para avanzar: propuso la creación de un organismo que administrara los recursos para abonar a los trabajadores y aportar a la seguridad social. Se trata de una especie de persona jurídica no estatal, con una sencilla administración , a los efectos de que eliminar la posibilidad de interferencias y resistencias de los operadores pero, a su vez, asegurara que los trabajadores cobraran en fecha lo que les correspondía y realizaran los aportes a la seguridad social. Esa fue la figura que encontramos conveniente. Posteriormente, con el representante del Banco de Previsión Social ante el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, elaboramos algunas ideas que cuajaron en un anteproyecto que, por supuesto, habrá que sintetizar y completar de la mejor manera posible.
El otro punto que faltaba para dar andamiento a este proyecto que armonizaba los intereses de las dos partes era investigar los costos que implicaría el pasaje de la situación de irregularidad a la legalidad y el mantenimiento del aparato administrativo mínimo que llevaría a cabo la administración y gestión de los salarios y las aportaciones a la seguridad social. En acuerdo con el Instituto Cuesta Duarte, el Mercado Modelo está desarrollando una investigación que, por lo que sabemos, concluirá que los costos de legalización de este grupo de trabajadores serán absolutamente mínimos y no representarán ningún tipo de recarga para las transacciones comerciales de frutas y verduras. Entonces, resuelto el punto más importante que era la eliminación de los costos que se pensaba que elevaría el precio de las transacciones, no puede existir oposición para que este proyecto continúe adelante.
SEÑOR PRESIDENTE.- No voy a emitir ningún comentario sobre el proyecto porque recién lo leí, pero sí sobre las circunstancias de fondo.
Uruguay ha avanzado al dar marco jurídico y formalidad a algunas ramas de la actividad muy complejas, pero hay otras en las que continuamos como siempre. Las circunstancias que relatan los compañeros del Mercado Modelo me recuerdan a la situación que viven los compañeros de la estiba, en la carga y descarga en el Puerto. Es decir, falta de aportes a la seguridad social y ninguna medida de seguridad básica que los ampare. Si recorremos la zona del muelle podremos ver que existen condiciones que ya deberían estar superadas. En algunos de los sectores en los que se concentraba el trabajo informal, por ejemplo, en el doméstico, se ha generado un marco jurídico específico. Se ha entendido que el trabajo en la ilegalidad es ilegal y no cumple con las normativas existentes. Se han intentado reforzar algunos sectores, sobre todo, los zafrales y de alta rotatividad, donde se dan las peores prácticas laborales. En la construcción nos pasó algo similar hasta el año setenta, cuando se logró la ley de aporte unificado ‑los niveles de informalidad superaban el 80%‑, antes de generar un mecanismo que tuviera como horizonte un elemento de control especial para la aportación social y que garantizara componentes básicos como el derecho a licencia y vacacional.
Me parece bien que la Comisión estudie el proyecto. Quizá podamos coordinar una visita al Mercado.
Yo recuerdo que en medio de la crisis se nos murió un compañero que trabajaba en el Mercado. Su muerte no fue a causa de un accidente, sino porque aunque tenía congestión, no tenía más opción que ir a trabajar. Luego de un año de poco trabajo en la construcción, debía aceptar ese trabajo zafral y esperar horas a que algún camionero lo precisara para la descarga. Quizá, pasaba toda la madrugada esperando hasta que llegara algún camionero y le diera $100 por descargar el camión. Creo que debe existir alguna fórmula que nos permita superar esa forma de trabajo.
Yo tengo prevista una agenda de trabajo con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Quizá, podríamos solicitar que viniera toda la plana. Habría que recomendarles que sus inspecciones refuercen estas áreas de trabajo. Hay zonas en las que el incumplimiento es mayor. Me pregunto en qué medida se cumple con el Convenio N° 161, reglamentado el año pasado, que establece la obligatoriedad del servicio de seguridad y técnico prevencionista. Seguramente, el cumplimiento sea muy parcial a la hora de planificar la salud y seguridad antes de cada actividad en el Mercado. A la hora de ayudar a lograr un trabajo decente, de acuerdo con lo que establece la OIT, la Comisión debería priorizar a quienes están en peores condiciones de salud y de seguridad social.
Entonces, sin opinar sobre el proyecto en sí, deberíamos comprometernos ‑creo que hablo en nombre de todos los integrantes de la Comisión‑ a incluir en la agenda de trabajo de la Comisión a aquellos trabajadores que se encuentran en condiciones de trabajo más precarias. A veces, dichas condiciones permanecen sumergidas hasta que las denuncia la organización social.
Voy a contar algo que me pasó. Compañeras que trabajaban en los frigoríficos de San José y Durazno decían que el motivo más habitual por el que debían concurrir al Banco de Seguros era por la pérdida de sus uñas. Cuando no tenían una organización social más o menos sólida, no encontraban guantes para utilizar en la manipulación de productos tóxicos potentes. Cuando uno escucha esto, parece que está en la Edad Media. Pero si no existe una organización social que plantee la situación, pasa desapercibida.
Nos comprometemos a estudiar el proyecto y también llamaremos la atención al Estado porque no puede estar omiso frente a estas circunstancias que todos conocemos. En mayor o menor medida, todos conocemos la situación de los changadores del Mercado, no es algo que esté sepultado cien metros bajo tierra. Lo mismo sucede con los trabajadores de la estiba. Debemos identificar las formas de trabajo más precaria para llevarlas a la luz.
SEÑOR PUIG.- Teniendo en cuenta el contexto en que se desarrolla la actividad, se pueden diferenciar claramente situaciones en las que se encuentran los trabajadores del Mercado. Por un lado, hay trabajadores que dependen directamente del Mercado, están regularizados y se contemplan sus derechos laborales básicos; por otro, hay cientos de trabajadores que no tienen derecho a las más elementales normas de seguridad en el trabajo ‑esto se viene dando hace tiempo‑, por ejemplo, estabilidad laboral, créditos laborales, seguridad social, etcétera. El esfuerzo que hoy se está realizando debe cristalizarse a partir de que se tomen determinadas iniciativas. Como en todos los casos, hay que discutir el proyecto en detalle, pero no cabe duda de que esta situación no puede continuar postergándose. Es fundamental regular las condiciones de trabajo. Esta es una situación extrema, grave, pero tiene que ver con muchas otras que se dan en el país, donde las condiciones de trabajo de los trabajadores contratados centralmente es una, y la de los tercerizados es absolutamente distinta. Si observamos la realidad laboral del país, podremos ver que en los últimos años se ha avanzado, más que en leyes, en protección efectiva de muchísimos trabajadores. Pero, de todos modos, hay decenas de miles de trabajadores de este país para los cuales los derechos laborales continúan siendo postergados.
En ese marco, me parece que esto puede ser una importante contribución para los trabajadores del Mercado. Asimismo, venimos trabajando con compañeros tercerizados en la realización de un proyecto de ley que abarque al conjunto de trabajadores contratados por empresas que tercerizan o "cuarterizan" la tarea, ya que, cuanto más lejos están de la contratación central, menos derechos tienen. Este es un ejemplo de esta realidad. En la medida en que se pueda avanzar a través de la elaboración de un proyecto de ley, habrá que discutirlo en detalle. Se le podrán introducir modificaciones pero, sin duda, los compañeros ya han avanzado en parte del trabajo.
SEÑOR PÉREZ TRUJILLO.- Voy a contestar a la pregunta formulada por el señor Diputado Vidalín: no todos los trabajadores se encuentran en situación irregular. El Mercado tiene 566 lugares habilitados para la venta, o sea que son empresas; algunas de ellas son empresas unipersonales, pero otras tienen 15, 20 o 30 empleados. Nosotros muchas veces hablamos de fraude laboral porque se realizan subaportes. En ese contexto, nosotros nos referimos a empresarios porque desarrollan una actividad comercial. Pueden ser productores, pero dentro del Mercado no están parados en la granja, están comerciando en un lugar físico con determinadas características. Cuando hacemos mención a que existe fraude laboral, también nos referimos a la competencia. Si un comerciante tiene tres trabajadores regularizados, mientras que otro que está enfrente, con la misma cantidad de empleados, no realiza los aportes correspondientes, evidentemente, la competencia es desleal. Esto se lo hemos explicado a la Cámara Frutícola del Uruguay ‑que sus socios están en forma irregular‑, a la Asociación de Productores Agrícolas de Canelones, a la Comisión Nacional de Fomento Rural, a los Productores de Primor de Bella Unión, a las Asociaciones de Productores de Salto. Esa competencia bastante desleal es la que se ha desarrollado durante los últimos setenta y cinco años que tiene el Mercado. El 31 de enero de 1937 Gabriel Terra inauguró el Mercado, y se viene dando la misma situación.
Lo que definió Cuestas con nuestro sindicato en los años sesenta, que obtuvo la media sanción en el año 1971, repetía lo que sucedía con los servicios de estiba. El Estado uruguayo no ha querido hacer una bolsa de trabajo y, por ese motivo, nosotros tuvimos que armar esa propuesta para un proyecto de ley.
Cuando Ernesto Murro comenzó su tarea como Director de los trabajadores en el Banco de Previsión Social, nosotros denunciamos la situación, pero mandaban inspectores que multaban a quienes estaban registrados. Entonces, había 20 o 30 empresarios que estaban registrados, pero tenían algo que no estaba en regla y los multaban. Para los inspectores, los demás ni siquiera existían porque no figuraban en los registros del Banco de Previsión Social ni de la DGI. Por lo tanto, le pedimos que no continuaran con las inspecciones porque se sancionaba a quienes tenían la situación más o menos en regla. Decidimos parar con esa situación porque se sancionaba, se lograba recaudación, pero no corregía la situación. Nosotros queremos lograr un proyecto que resuelva la situación del Mercado.
Como todos ustedes saben, hoy el mercado global uruguayo tiene entre 550 y 600 mil toneladas de consumo. Esos datos ya tienen algunos años; sin duda, la prosperidad económica ha mejorado el consumo. Seguimos luchando para que el alimento saludable sea parte de la dieta de los uruguayos. Ya están armados todos los proyectos para que se comience con el famoso mercado de nuevo tipo, del siglo XXI, la unidad agroalimentaria de Montevideo. Con este proyecto buscamos que el nuevo mercado no tenga los padecimientos ni la exclusión social que ha existido durante setenta y cinco años. Si esa inversión que se va a hacer en el oeste de Montevideo va a concentrar y dinamizar un polo agroalimentario de nuevo tipo, será necesario un marco jurídico que incluya a todos los trabajadores. Indudablemente, la vieja receta no ha funcionado. Parte de nuestro desafío, como organización sindical, es seguir convenciendo a todos de que se deben realizar los aportes. Hay una cantidad de trabajadores que tampoco entienden que si no se hacen los aportes correspondientes, "cargamos los muertos al Estado". Los trabajadores del Mercado que no aportan, porque sus patrones no aportan, porque no existe cultura de aporte, pero utilizan salud pública, la escuela y el liceo público, el Mides, y luego a los setenta años habrá que darle una jubilación por edad avanzada, que saldrá del lomo del resto que ha aportado.
Entonces, de alguna forma hay que solucionar esta situación que, además, es recurrente y, sin ninguna duda, ilegal. Estos trabajadores deberán tener una inserción social y serán conscientes de que su aporte va en la línea de los principios de la seguridad social: la solidaridad con el resto de los trabajadores, de los niños y de los viejos. Esto van a tener que entenderlo. Insisto en algo que es central. La evasión y el fraude laboral no son ventajas ni para el productor, que es quien se rompe el lomo en la tierra produciendo, ni para el consumidor que de alguna manera está peleando ‑todos los sectores bajos y medios del país‑ por comer. Hemos realizado estudios económicos y toda esa evasión no encarece, pero tampoco es una ventaja; esos aportes van al bolsillo de las personas. No se trata de los que menos tienen sino, por el contrario, de personas que tienen más solucionada su vida que los trabajadores. Esta es la razón por la cual existe una necesidad de incluirlos en la seguridad social, aunque hay algunos que todavía no tienen conciencia de su importancia, y nosotros debemos solucionar esta situación.
SEÑOR PRESIDENTE.- Es clarísimo que el aporte de un puñadito de trescientos o cuatrocientos trabajadores no puede cambiar la economía de un país. Fundamentar esto, sería un disparate.
Agradecemos muchísimo la presencia de los compañeros. De parte de toda la Comisión de Legislación del Trabajo nos comprometemos a estudiar el proyecto de ley y, apenas lo hayamos hecho, tendremos un nuevo intercambio de opinión. Asimismo, tendremos disposición de trabajo y se colocará este tema en la agenda, pues el señor Ministro de Trabajo y Seguridad Social vendrá a visitarnos en los próximos días para analizar las medidas que se puedan adoptar a fin de resolver esta circunstancia.
(Se retira de Sala
una delegación del Sindicato Único de Trabajadores de la Fruta y la Verdura
del Uruguay)